IL JETTATORE
Il Jettatore es una caricatura de la superstición popular que atribuye a ciertas personas una influencia nefasta, y se tiende a estigmatizar a dichos individuos, siendo recurrente en el mundo moderno, asignarles responsabilidad en funestos hechos simplemente porque su presencia provocaría desgracia, caos, miseria y ello sería inevitable.
El término es italiano y proviene de la palabra “jettare”, que significa lanzar, y sen su contexto, significaría “lanzar rayos o efluvios nefastos; en nuestra América, Argentina precisamente, por la gran inmigración europea con que ha sido favorecida, se utiliza en el lunfardo, idioma arrabalero, la palabra “yeta”, esto es, mala suerte.
Ahora bien, en Chile existió un Presidente al que bien podríamos calificar de “il jettatore”, toda vez que en su Gobierno se sucedieron hechos graves que han significado estigmatizarlo y hacerlo responsable de eventos luctuosos que han quedado grabados en la memoria colectiva de los ciudadanos en forma imperecedera.
En efecto, el Presidente Pedro Montt Montt, hijo de un destacado abogado, Presidente de la Corte Suprema y Presidente de la República también, es una persona que asume la Presidencia en 1906, y a escasas 3 semanas de asumir, se produce en Chile un terremoto que asoló a gran parte del país, radicándose el epicentro en la central ciudad de Valparaíso.
El terremoto de Valparaíso de 1906 fue un sismo o seísmo registrado el día jueves 16 de agosto de 1906, aproximadamente a las 19:48 hora local. Su epicentro se localizó en la Región de Valparaíso, Chile, zona costera a unos 125 kilómetros de la capital, Santiago, y se estima que tuvo una magnitud de 7,9º en la escala sismológica de Richter. (claro está que la escala no existía en dicha época. La escala de Richter, también conocida como escala de magnitud local (ML), es una escala logarítmica arbitraria que asigna un número para cuantificar el efecto de un terremoto, denominada así en honor del sismólogo estadounidense Charles Richter (1900-1985).)
El terremoto que azotó Valparaíso en 1906 dejó prácticamente destruida toda la ciudad. Los relatos de los testigos presentes dan cuenta de la magnitud de la destrucción y el espanto de aquellos atrapados en los escombros. Prácticamente toda la ciudad quedó en el suelo, los edificios destruidos, las casas incendiándose, los malhechores y lumpen se aprovecharon de la tragedia para saquear y robar.
A pesar del estado de la ciudad, las autoridades se organizaron rápidamente para establecer redes de socorro para los damnificados. La labor del doctor José Grossi fue fundamental para contrarrestar los efectos de las plagas y epidemias que siempre surgen tras un terremoto. Otro hecho importante fue la creación en ese mismo año del Servicio Sismológico de Chile, el cual tuvo como primer director al francés avecindado en Chile Fernand de Montessus de Ballore.
En medio de esta catástrofe, se produjeron pillajes y saqueos, ante los cuales, se decretó estado de sitio bajo el mando del Almirante Luis Gómez Carreño, quien, para reponer el control ordenó fusilar a quien se encontrara realizando dichos actos. Sin embargo, existe una controversia en torno a los excesos cometidos por estas medidas, pues se presume que un número importante de los fusilados no habría sido culpable de estos delitos.
El terremoto dejó un saldo de 3.000 muertos, y ello solo a escasas tres semanas de asumir la Presidencia Pedro Montt Montt.
También en su Gobierno, 1907 precisamente, se produce uno de los hechos más vergonzosos de que se tenga memoria, y ella es la denominada Matanza de Santa María de Iquique, magnicidio en el cual tuvo una destacada actuación y responsabilidad “il jettatore” Pedro Montt Montt, esto es, este insigne ciudadano, es uno de los genocidas más grandes de que se tenga memoria, ya que ordenó masacrar a mujeres, niños, adolescentes, trabajadores, ancianos, etc., y como en Chile tenemos mala memoria histórica, este personaje menor de la historia es recordado con calles, plazas, monumentos, e incluso, contando con la ignorancia histórica de autoridades de tercer orden, las costaneras de diversas ciudades de Chile llevan su nombre, me imagino porque los que bautizaron dichos lugares tienen tendencia a perpetuar a aquellos siniestros personajes de nuestra historia y hacernos recordar que somos estúpidos al permitir homenajes y reconocimiento por ignorantes que carecen del más elemental sentido de la estética. Como si lo anterior fuera insuficiente, uno de los asesinos de los chilenos masacrados en la Escuela Santa María, es recordado por nuestro glorioso ejército, vencedor jamás vencido (sólo es campaña comunista las derrotas en cpmbates de Chillán, desastre de Rancagua, cpmbate de la Concepción, etc.), recuerda al General Silva Renard dando su nombre a Regimiento en la ciudad de Angol. Impresentable.
La Matanza de la Escuela Santa María de Iquique fue una masacre cometida en Chile el 21 de diciembre de 1907. En este vergonzoso e incivilizado evento fueron asesinados un número indeterminado de trabajadores del salitre de diversas nacionalidades, chilenos, peruanos, bolivianos, chinos, que se encontraban en huelga general, mientras alojaban en la Escuela Domingo Santa María del puerto de Iquique, ubicado a 1800 kilómetros de la capital, Santiago. Los eventos que configuran los hechos, suceden durante el auge de la producción salitrera en las ciudades de Antofagasta y Tarapacá, bajo los denominados gobiernos parlamentarios, los que sucedieron al fallecido Presidente José Manuel Balmaceda Fernández. La huelga, provocada por las míseras condiciones de trabajo y explotación de los trabajadores, fue reprimida por medio del indiscriminado uso de la fuerza armada por parte del gobierno del Presidente Pedro Montt, quién es impresentable ante la historia, dado el hecho que es grave, de la mayor gravedad el que un político, un civil se manche sus manos con sangre, no de enemigos del país, sino que de la sangre de sus trabajadores.
El general Roberto Silva Renard, ---que hoy tristemente homenajea su nombre un Regimiento en la sureña ciudad de Angol, ubicada en la Novena Región del país,---, comandanba las unidades militares bajo instrucciones del ministro del interior Rafael Sotomayor Gaete, quién a su vez obedecía claras y precisas ordenes del Presidente Pedro Montt Montt, ordenó reprimir las protestas, matando a los trabajadores junto con sus familias, hijos, mujeres, madres, niños, etc., y dando un trato especialmente duro a los sobrevivientes.
Cálculos convencionales señalan que se habrían asesinado entre 2.200 y 3.600 personas, donde se estima que un alto número no determinado, eran peruanos y bolivianos quienes a pesar del llamada de sus cónsules se negaron a abandonar el movimiento. Otros sitúan el número de víctimas entre 5.000 y 6.000 personas.
El Presidente Pedro Montt Montt, de aspecto sombrío, amargado, poco agraciado y con una mujer arrogante y poco delicada, estaba destinado a producir situaciones de absoluta mala suerte, de mala ventura, ya que en 1910, centenario de la Independencia de Chile, se enferma y fallece en la alemana Bremen. Pero no sólo ello, ya que su sucesor, don Elías Fernández Albano fallece también a los 30 días de su mandato provisional.
Ahora, un seguro candidato a destronar a Pedro Montt es el actual Presidente de Chile, don Sebastián Piñera Echenique, quién a escasas dos semanas de asumir el mando del país, presencia un terremoto devastador en la zona centro sur del país, con tsunami incluido, que ha significado una pérdida importante de vidas, casas y destrucción de la infraestructura vial y la caída de los puentes en el país.
Pero, como si ello no fuera suficiente, se ha producido un derrumbe en una mina subterránea, de cobre, en la zona de Atacama, específicamente en las cercanías de Copiapó, que ha significado que virtualmente se encontraban enterrados vivos bajo miles de toneladas de tierra, 33 trabajadores mineros de la zona, siendo a mi juicio imposible ser rescatados vivos, de consecuencia que ni siquiera un milagro podría revertir la situación, ya que Chile no cuenta con la tecnología ni recursos suficientes y oportunos para proceder al rescate. Perp, se produjo un milagro y fueron rescatados vivos, con gran oportunismo y aprovechamiento político del Presidente, quién se paseó por diversos países con un papelito del rescate.
Demás está decir que este Presidente jetta vió morir a su suegro, conjuntamente con producirse el rescate de los mineros, abandonando el velatorio del padre de su mujer para ir tras dividendos políticos a Copiapó.
Si Uds. estiman que ello no es suficiente para calificar como nuevo “jettatore” al Presidente Piñera, deben tener presente que, hace algunos meses, en ejercicios bélicos a los que fue invitado por la Armada, y estando él presente, perdió la vida un modesto infante de marina.
Si se piensa que no se trata de una persona que conlleve en su vida pública el gérmen de lo nefasto, lo funesto, dos ejemplos: su hermano Miguel, cantante de un solo tema, chocó y lesionó a una mujer, conduciendo al parecer bajo la influencia del alcohol; por su parte, partidarios suyos, altos dirigentes políticos, perdieron la vida en un accidente aéreo con motivo de la ayuda post terremoto y tsunami que se canalizaba en zonas del sur de Chile, y ellos, eran estrechos colaboradores de “Il Jettatore” Piñera.
Pero, esta atracción presidencial a lo nefasto, a lo trágico, a la furia de la naturaleza y el desastre no termina acá.
En diciembre del año pasado, 2010, se produjo un incendio de proporciones en la cárceñ de San Miguel, zona sur de Santiago, en la cual fallecieron 81 reclusos, quemados y asfixiados, sin que se les auxiliara oportunamente o se les permitiera salir del encierro para salvar sus vidas.
Por último, con este inefable presidente se han producido accidentes carreteros con a lo menos 20 muertos en cada oportunidad, en diversos sitios del país.
Quizás es injusto atribuir a este Presidente todos los males que nos aquejan, pero de que es jeta es jeta, y con patente incorporada, ya que no es casualidad que al celebrarse un año de su gobierno, se produzca un terremoto 8.9 Richter en Japón, con miles de muertos, provocándose un tsunami que avanza hacia la costa este del pacífico, y que hoy tiene aterrorizada a la población de la costa del país, entre Arica y Tierra del Fyego, aprestándose a dormir arriba de los cerros y haciendo abandono de sus casas y enseres y retrotrayendo sus vidas a un año atrás, 27 de febrero de 2010, en que muchos cambiaron sus vidas para siempre, perdiéndolo todo, incluido familiares, vecinos y conocidos.
Discul`pem si no conozco otros episodios de este Presidente jetta, que destronó a Pedro Montt, pero humildemente acepto colaboraciones para ampliar este modesto artículo
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